Los intelectuales, sean del ámbito que sean (científicos, poetas, músicos, dibujantes, filósofos) suelen estar mal pagados por la sociedad, si se compara con lo que poseen los especuladores financieros, los empresarios… y, en general, todo aquel que se dedica simple o principalmente, a generar dinero a partir del dinero. ¿Será que es más difícil ser especulador, o empresario, que ser científico? ¿Cómo es una sociedad en que alguien que se dedica a la especulación financiera disfruta de muchísimo mayor poder efectivo que un intelectual?
Muchos ponen en cuestión la propiedad intelectual. Parece una contradicción en los términos, ¿no? ¿Las ideas no son, acaso, de todos? Esto no solo lo piensan algunos de quienes quieren justificar la “piratería”. También algunos autores quieren ofrecer sus creaciones de manera gratuita. Incluso he oído a algunas personas que se dedican a los negocios decir, con gran cinismo, que eso es bueno para los artistas e intelectuales, porque les libera de la esclavitud comercial.
Se alían, pues, involuntariamente, idealistas por un lado, y emprendedores ansiosos por otro, para dibujar un ideal social que consistiría (y consiste, de hecho) en lo siguiente: la producción de ideas está bien en manos de personas angelicales y desinteresadas, que viven en su mundo y apenas se fijan en el polvo de su habitación, mientras que la producción y gestión de alimentos y adornos debe estar en manos de personas competentes en competitividad, que para desestresarse necesitan coches de alta gama y solo pueden viajar en primera clase…
Voy a recordar lo que Platón tenía que decir al respecto:
- Solo las personas de más baja calidad intelectual y moral, o sea las que viven por y para el aparato productivo-reproductivo social, cifran en la propiedad privada su realización.
- Los que han probado la ciencia y la dialéctica (los “intelectuales”) consideran despreciable el posesivismo, y creen que la persona crece, realmente, cuando crece su conciencia, su sabiduría y, por tanto, su bondad.
- La sociedad peor gobernada será aquella en que gobiernen quienes buscan, en el poder, poder; la mejor gobernada será aquella en la que gobiernen quienes no querrían tener que hacerlo, quienes solo quieren una sociedad donde todos puedan realizarse lo más posible como personas, según sus naturalezas.
- Quien, no viviendo en una sociedad justa, se ha formado (científica, artística, filosóficamente) a sí mismo, sin ayuda de la sociedad, no le debe nada a esa sociedad.
- Es más, debería, por amor a la sociedad, no poner sus ideas en manos de una oligarquía, o de una democracia (o demagogia) o de una tiranía.
- Tampoco, eso sí, irá llamando puerta a puerta intentando venderles a los demás lo valioso de su saber. Lo hará hablando con amigos, mientras los oligarcas o demagogos no lo adviertan y le suministren el veneno para que calle.
¿Qué deberían hacer los intelectuales en nuestra sociedad?
Las ideas no son de nadie, desde luego. Pero el descubrimiento de esas ideas, el traerlas a (este) mundo desde su mundo prístino y universal, supone trabajo y vida de ciertos humanos. ¿No es justo que la sociedad pague de alguna manera ese esfuerzo y esa dedicación, al menos mientras en el mundo haga falta dinero para comer y otras cosas?
Supongamos que, de la misma manera en que es ahora posible copiar obras intelectuales, fuese posible copiar dinero, o algún producto de los que hacen ricos a sus emprendedores… ¿Quién lo permitiría? Los únicos que pueden fotocopiar el dinero, y “piratearlo”, son, de hecho, los gobiernos al servicio de bancos y empresas.
Quizá sea ideal que la propiedad no esté en manos de sujetos, sino que todo sea de todos y se use de acuerdo con las necesidades armonizadas privadas y colectivas. Pero no debería socializarse algo sin que se socialice todo. Y sobre todo, no debería socializarse lo único que realmente alimenta a todo el sistema, sin que estén socializados también los medios para traficar con ello. La empresa y el mercado en general no es nadie en sí mismo, necesita los intereses vitales de las personas, y esos intereses se manifiestan en forma de ideas.
Los intelectuales deberían negarse rotundamente a poner en manos de la sociedad sus ideas, mientras la sociedad no garantice un uso justo de ellas. Un investigador debería negarse a trabajar para una empresa privada que comercializará la posible patente; un artista debería negarse a ser el publicista de una empresa privada que no tiene en cuenta el carácter moral de su producto; todo “creador” debería evitar que, directa o indirectamente, su obra caiga en manos del mercado. Solo cuando el mercado acepte estar al servicio de la política y de las persona, deben llegarle ideas que son su savia. Una sociedad que acepta otra cosa, está en la peor de las crisis, la crisis humana o moral.
Y las casas de caramelo y chocolate. Mientras los científicos y creadores de ideas te hacen caso y rehusan tabajar para Bayer, Microsoft o Monsanto, la cuestión es, ¿ante la opción de acabar con los derechos de propiedad intelectual y el sistema de patentes industriales, se beneficiaría o no se beneficiaría la sociedad en su conjunto?. Para mí la respuesta es clara. SI. El derecho a la propiedad intelectual se ha convertido en un freno a la innovación y en la base del poder de un oligopolio multinacional, inmerso en una guerra intestina por los derechos de patente que garatizan a un puñado de firmas el control de las ideas y sus posibilidades de uso.
ResponderEliminarTratar el asunto de la propiedad intelectual como un problema de retribución a poetas y filósofos es no entender la dimensión de lo que está en juego.
No creo que se pueda decir que he tratado el tema como un problema de retribución a poetas y filósofos. Pero tampoco hay que pensar que se trata de descubrir medicamentos, como si fuese lo que más necesita la gente. Para eso podría bastar un régimen estalinista o nacionalsocialista.
ResponderEliminar¿Se beneficiaría la sociedad en su conjunto si las intelectuales, en general, fuesen actividades no remuneradas ni remunerables? Me parece que te equivocas. Si, lamentablemente, somos una especie que necesitamos algún estímulo en términos de ganancia para dedicarnos a algo en tiempo y alma, no podría ser.
De hecho, parece que hay que invertir en I+D, y en pagar a intelectuales en general (lo que no quiere decir que esa sea ni la única ni la principal variable).
Por supuesto, siempre habrá quienes estemos dispuestos a ofrecer gratuitamente toda o parte de nuestra "creación" intelectual a disposición del público. Pero hasta eso puede ser una cosa muy irresponsable, porque estamos poniendo en manos de la especulación lo que necesita para funcionar.
Simplemente estoy diciendo que el mercado debería estar al servicio de (bajo el control de) la política, de los ciudadanos, y uno de los aspectos de ese control es el creativo e intelectual. Creo quee muchos intelectuales son sensibles a esta idea, aunque siempre haya cerdos que se dedican a la química, por ejemplo.
La cuestión no es si el trabajo intelectual (hoy día quedan pocos trabajos que no lo sean) debe ser remunerado. Claro que tiene que serlo. La cuestión es si la noción jurídica de propiedad intelectual y el sistema de patentes industriales es la mejor manera de que a cada cual le salga rentable su trabajo o por el contrario supone también la acumulación de esos supuestos derechos de propiedad intelectual y explotación de patentes en unas pocas manos.
ResponderEliminarY además de la cuestión de si el sistema de patentes es justo o injusto para el trabajador, queda pendiente el no menos crucial problema de si fomenta o por el contrario obstaculiza la innovación, al impedir desarrollos y mejoras sobre ideas previamente patentadas.
El problema que yo quería plantearme en esta entrada es más bien este: ¿qué lugar tienen que ocupar las labores intelectuales y creativas (las más especialemente tales, quiero decir, porque, obviamente, hasta hacer una operación de banca exige cierta capacidad racional e imaginación), frente a las labores especulativas financieras o empresariales? Me sorprende no solo que las primeras estén mucho peor consideradas (como en la edad media o en la época franquista, en que ser artista era algo con lo que no te podías ganar la vida y hasta casi sucio), sino que incluso se esté abogando a veces (no es tu caso, como explicas) por su gratuidad, cuando nada es gratis para el intelectual.
EliminarY dgo que, por ejemplo, un país que permite una fuga de talentos, no merece en absoluto que esos talentos algún día le den el beneficio que se derive de sus investigaciones. Si aquí, por ejemplo, preferimos gastarlo en futbol y aeropuertos sin aviones, deberíamos mañana pagarlo muy caro. Y generalizando esto, el intelectual, que es un ser moral como los demás, no debería trabajar para empresas o gobiernos inmorales. ¿Que es casita de chocolate? Pues sí, es una propuesta idealista. Pero, como todas, puede ser vir de ideal regulativo, que diría Kant.
Por supuesto que el sistema de patentes podría ser infinitamente mejor, como la legislación inmoviliaria, educativa, y como todo. Pero ya sería mucho mejor si las personas tomasen conciencia del caracter moral de su trabajo (muchos tienen escrúpulos para trabajar en un burdel, pero no en una fábrica de armas o en un laboratorio de Bayer).
Por lo demás, el caso del intelectual es un ejemplo, no el único caso de devaluación de ciertas actividades. Otro caso manifiesto es el trabajo doméstico.
En cuanto a si el sistema fomenta o inhibe la investigación, yo diría que da una de cal y otra de arena. Desde luego, la alternativa de que el investigador o el creador tenga que costearse sus propias tareas y luego deban ser de libre acceso, no creo que fomente la investigación o creación más que de los mejores, o sea, aquellos que se dedicarían a ello aunque tuviesen que pagar. Pero estos no me parece que viesen justo el reparto, cuando tienen que comprase el pan y la casa.
EliminarLo de las pocilgas químicas no lo pillo.
ResponderEliminarMe refería a os investigadores que son capaces de trabajar para cualquier empresa, sin mirar la mano que les "da de comer".
Eliminar"la alternativa de que el investigador o el creador tenga que costearse sus propias tareas y luego deban ser de libre acceso, no creo que fomente la investigación o creación más que de los mejores"
ResponderEliminarEsa no es la alternativa propuesta. Hoy, para casi cualquier proyecto que merezca la pena, hace falta el concurso de mucha gente, de una inversión importante, en definitiva, de empresas e instituciones. La investigación se da en ese ámbito. En un mercado sin patentes, la ventana temporal para rentabilizar en exclusiva una innovación sería muy breve. La competencia sería feroz y cada empresa tendría que esforzarse en presentar productos mejorados o de mayor calidad. Los departamentos de investigación recibirían inversiones mucho mayores y el creador de idas, al no poder blindarse el rendimiento de su trabajo en forma de derechos de explotación, estaría mejor valorado. No podría prescindirse de la gallina una vez puesto el huevo, porque haría falta un huevo diario. Supondría, en definitva, una aceleración en el proceso de innovación tecnológica,
No sé, en algunos aspectos eso podría tener ciertos efectos que dices. Pero la cuestión (al menos la mía) es otra: se trata de bajo control de quién tiene que estar la "explotación" de las ideas. En principio, un sistema de competencia feroz entre empresas no me sugiere nada bueno, y está indirectísimamente relacionado con el problema social y político, que es lo que me importa. Además, estás hablando solo de aquellas áreas de investigación, tecnológica, que pueden ser explotadas. Pero es más importante hablar de las ideas que alimentan la cultura y la política.
Eliminar"en definitiva, de empresas e instituciones."
ResponderEliminarOlvidaba un ámbito que ha demostrado recientemente su fecundidad gracias al avance en las tecnologías comunicativas: Las redes colaborativas. No más que ver el éxito que ha supuesto los proyectos de software libre y las wikis de toda índole. Como decía Eric S. Raymond, uno de los pioneros e ideólogos del software libre, en "La catedral y el bazar":
1. Todo buen trabajo de software comienza a partir de las necesidades personales del programador (todo buen trabajo empieza cuando uno tiene que rascarse su propia comezón).
2. Los buenos programadores saben qué escribir. Los mejores, qué reescribir (y reutilizar).
3. "Considere desecharlo; de todos modos tendrá que hacerlo."
4. Si tienes la actitud adecuada, encontrarás problemas interesantes.
5. Cuando se pierde el interés en un programa, el último deber es darlo en herencia a un sucesor competente.
6. Tratar a los usuarios como colaboradores es la forma más apropiada de mejorar el código, y la más efectiva de depurarlo.
7. Libere rápido y a menudo, y escuche a sus clientes.
8. Dada una base suficiente de desarrolladores asistentes y beta-testers, casi cualquier problema puede ser caracterizado rápidamente, y su solución ser obvia al menos para alguien. O, dicho de manera menos formal, "con muchas miradas, todos los errores saltarán a la vista". A esto lo he bautizado como la Ley de Linus.
9. Las estructuras de datos inteligentes y el código burdo funcionan mucho mejor que en el caso inverso.
10. Si usted trata a sus analistas (beta-testers) como si fueran su recurso más valioso, ellos le responderán convirtiéndose en su recurso más valioso.
11. Lo mejor después de tener buenas ideas es reconocer las buenas ideas de sus usuarios. Esto último es a veces lo mejor.
12. Con frecuencia, las soluciones más innovadoras y espectaculares provienen de comprender que la concepción del problema era errónea.
13. "La perfección (en diseño) se alcanza no cuando ya no hay nada que agregar, sino cuando ya no hay nada que quitar."
14. Toda herramienta es útil empleándose de la forma prevista, pero una *gran* herramienta es la que se presta a ser utilizada de la manera menos esperada.
15. Cuándo se escribe software para una puerta de enlace de cualquier tipo, hay que tomar la precaución de alterar el flujo de datos lo menos posible, y ¡*nunca* eliminar información a menos que los receptores obliguen a hacerlo!
16. Cuando su lenguaje está lejos de un Turing completo, entonces el azúcar sintáctico puede ser su amigo.
17. Un sistema de seguridad es tan seguro como secreto. Cuídese de los secretos a medias.
18. Para resolver un problema interesante, comience por encontrar un problema que le resulte interesante.
18. Si el coordinador de desarrollo tiene un medio al menos tan bueno como lo es Internet, y sabe dirigir sin coerción, muchas cabezas serán, inevitablemente, mejor que una.
Todo eso está muy bien, y es cierto (en general). Pero ¿debería un gobierno dictatorial poder usar un software libre? ¿Y una empresa privada que solo piensa en sus especulaciones, destructivas para el resto de ciudadanos? ¿No sería mejor que no pudiera tener acceso a ello, como tienen acceso a todo l oque es gratis?
EliminarLos creadores de software libre podrían administrarlo moralmente: dárselo y renovárselo gratis a quienes moralmente quisiera el creador.
Eso es contrario a la filosofía del movimiento. The Open Source Definition, la metalicencia del movimiento por el código abierto, establece los siguientes puntos (fíjate en los puntos 5 y 6):
ResponderEliminar1.Libre redistribución: el software debe poder ser regalado o vendido libremente.
2. Código fuente: el código fuente debe estar incluido u obtenerse libremente.
3. Trabajos derivados: la redistribución de modificaciones debe estar permitida.
4. Integridad del código fuente del autor: las licencias pueden requerir que las modificaciones sean redistribuidas sólo como parches.
5. Sin discriminación de personas o grupos: nadie puede dejarse fuera.
6. Sin discriminación de áreas de iniciativa: los usuarios comerciales no pueden ser excluidos.
7. Distribución de la licencia: deben aplicarse los mismos derechos a todo el que reciba el programa.
8. La licencia no debe ser específica de un producto: el programa no puede licenciarse solo como parte de una distribución mayor.
9. La licencia no debe restringir otro software: la licencia no puede obligar a que algún otro software que sea distribuido con el software abierto deba también ser de código abierto.
10. La licencia debe ser tecnológicamente neutral: no debe requerirse la aceptación de la licencia por medio de un acceso por clic de ratón o de otra forma específica del medio de soporte del software.
Bruce Perens ponía como ejemplo de los puntos que te señalo que el software libre no puede discriminar su uso ni a una clínica abortista ni a los que se manifiestan contra esa misma clínica. Ten en cuenta que se trata de un movimiento libertario.
Pero es que hay comerciales y comerciales. El comercio es una muy honrosa profesión en nuestra sociedad, los que la deshonran son ciertos individuos.
EliminarPor otra parte, ¿debería estar abierto el software a todos, todos, todos, todos? Por ejemplo, ¿a unos extraterrestres que nos podrían destruir, según es su manifiesta voluntad? ¿A los terroristas (que pueden ser muy bien ciertos estados)? Pues a mí no me convence esa política.
El caso entre clínicas abortistas y contras- es un caso interior a un estado más o menos de derecho.
En cualquier caso, me parece mal que el acceso a un producto no tenga ningún criterio ideológico. Otra cosa es que sea lo más tolerante posible. Y no me parece libertario dejar entrar en la comunidad a quien la va a joder.
"no me parece libertario dejar entrar en la comunidad a quien la va a joder."
ResponderEliminarEl problema es que cualquier medida que pretenda implementarse para impedirlo tiene unos efectos mucho más perniciosos. En primer lugar porque serán promovidas por aquellos que tienen una posición privilegiada en el juego (quien tiene más fichas tendrá la tentación de inclinar el tablero a su favor) y en segundo porque tenderán a socavar derechos y libertades previamente conquistados por la ciudadanía. No tienes más que ver las recientes legislaciones que pretenden proteger la propiedad intelectual saltándose la presunción de inocencia y el secreto de las comunicaciones, convirtiendo a los proveedores de acceso en vigilantes de los usuarios de sus servicios. Con la excusa de proteger el trabajo de un músico o un escritor, se legisla a favor de quien casi siempre detenta los derechos de su trabajo, el distribuidor con ambiciones monopolísticas, y se hace instaurando un Estado policial. A estas alturas, defender el derecho a la propiedad intelectual es no haber entendido de qué va la película.
serán promovidas por aquellos que tienen una posición privilegiada en el juego
EliminarPesimismo político radical. Con este argumento, nunca cambiarán las cosas.
Como ahbitualmente, confundes cualquier medida con una imposición de los privilegiados. Si leyeses a Derrida, por ejemplo, comprenderías que es una perfecta ingenuidad creer que no va implícita en la más mínima acción, por ejemplo, en la creació nde un software "libre" toda una discriminación de lo que no pertenece a ese lenguaje. El software libre es tan falogocentrista como cualquier discurso metafísico.
Yo, en cambio, pienso que no cualquier acción es manipulación del más fuerte (idea de la que un rortyano no puede lógicamente escapar), así que creo que hay medidas, que necesariamente discriminarán, entre lo bueno y lo menos bueno, y que esas tienen que ejercerse.
El ejemplo que pones (de saltarse la presunción de inocencia) es una falacia, porque nadie tiene por qué aceptar esa forma de luchar contra el robo. Tu propuesta sería que no haya policía, y que robe el que quiera. Pero como eso no va a pasar, sino que el dinero va a seguir muy bien protegido, pedir la protección de cualquier otra propiedad es legítimo y necesario.
Una visión económica, que no 'economicista'. La política, efectivamente,debe mandar sobre la economía(o cualquier otra ciencia). La idea de que una liberalización de patentes contribuiría a una 'aceleración en el proceso de innovación tecnológica' me parece muy correcta. De hecho la innovación actual tira por ahí: innovación abierta vs innovación cerrada (patentes, propiedad intelectual, etc.). Ok, hacia la simetría de información o hacia una sociedades de iguales que viene a ser muy similar. O lo mismo. Lo que no obsta para que todo trabajo, incluido el intelectual, deba ser remunerado. Sin embargo, suponer que tal liberalización de la propiedad intelectual, supondría la eliminación de 'la base de poder de los oligopolios', me parece demasiado ingenuo y optimista. Va ha hacer falta resolver algunos problemas más para eliminar oligopolios. Lo que si me parece es que defender la innovación abierta como camino a esa sociedad de iguales, contribuye a ir resolviendo el problema planteado en el post: 'bajo control de quién tiene que estar la "explotación" de las ideas'. En una sociedad más igualitaria creo que simplemente no nos haríamos esa pregunta. No nos importaría (o mucho menos) quien tuviese ese control. Saludos,
ResponderEliminarAntonio, estoy básicamente de acuerdo con todo lo que dices.
EliminarLa liberalización suele promover la competencia y la innovación, es cierto;aunque el sistema de la competencia no me parece muy bueno en nada, y menos todavía en las labores intelectuales. El pianista Lan Lang, en su autobiografía, cuenta como, cuando le aceptó por fin un profesor de piano americano, le dio la gran lección de su vida: si quería tocar el piano, entender a Beethoven, etc., tenía que olvidarse de la competencia y de los certámenes a los que su educación china le tenía acostumbrado.
Por supuesto, el acceso de la sociedad a los descubrimientos tiene que ser el mayor posible: el problema es cómo se gestiona ese acceso para que no lo canalicen los especuladores, como ocurre en nuestro sistema oligárquico.
"creo que hay medidas, que necesariamente discriminarán, entre lo bueno y lo menos bueno, y que esas tienen que ejercerse."
ResponderEliminarCambia "proteger el derecho al uso y explotación de una idea al propietario de esa idea" por "proteger el derecho al uso y explotación de una idea a quien vaya a hacer un uso moralmente aceptable de esa idea" y te encontrarás con que las medidas a aplicar para proteger ese supuesto derecho son las mismas.
"El ejemplo que pones (de saltarse la presunción de inocencia) es una falacia, porque nadie tiene por qué aceptar esa forma de luchar contra el robo. Tu propuesta sería que no haya policía, y que robe el que quiera. "
Si bajaras de la nube de los Principios Morales al suelo de las prácticas tendrías que tener en cuenta cómo es el ámbito donde se pretende implantar una medida de control. Internet es una red descentralizada y neutral de transmisión (copia) de información. Tú quieres que haya una manera de control moral sobre el uso que la gente hace de tal red, sin que eso suponga acabar con derechos y libertades previamente conquistados. Bueno, pues no hay tales medios. Es así de sencillo. No se puede controlar lo que circula por internet sin saltarse la presunción de inocencia y el derecho al secreto de las comunicaciones privadas. Algunos pretenden acabar con la neutralidad de la red para convertirla en una plataforma de distribución digital copiando el modelo centralizado de los canales de televisión. Y el arma más potente que tienen, además de los lobbies con representación parlamentaria, es el software propietario y los protocolos de comunicación cerrados. La comunidad del software libre entendió el problema hace mucho tiempo y por eso defienden mecanismos que blindan la red frente a cualquier tipo de control vertical, aunque eso suponga que la red sea usada con la misma libertad por el santo y el terrorista.
Cambia "proteger el derecho al uso y explotación de una idea al propietario de esa idea" por "proteger el derecho al uso y explotación de una idea a quien vaya a hacer un uso moralmente aceptable de esa idea" y te encontrarás con que las medidas a aplicar para proteger ese supuesto derecho son las mismas.
EliminarNi de lejos (si es que te he entendido). Yo no estoy abogando por el derecho absoluto del individuo a gestionar sus ideas. Si, por ejemplo, una persona produjese una idea muy importante para la sociedad, por la que pidiese un precio injusto, no sería dueño de esa idea (esto pasa, y debería pasar más, en todos los ámbitos, incluídos los más liberales y especulativos). Yo estoy abogando, antes que nada, por el control político de la propiedad, y el control político implica control también ideológico correcto (porque todo es ideológico, incluido, claro está el liberalismo y el economicismo bruto).
Tú quieres que haya una manera de control moral sobre el uso que la gente hace de tal red, sin que eso suponga acabar con derechos y libertades previamente conquistados.
Hay un control sobre la producción y el comercio de vinos, y a nadie se le ocurre decir que eso va en merma de derechos y libertades ya que impide a quien quiera coger el vino que le apetezca. Al contrario, ese control es el que garantiza las libertades y los derechos.
El que la realidad no se atenga nunca completamenete a la ley no quiere decir ni que no se atenga en nada ni que la ausencia de control fuese la alternativa. Eso sería en un mundo de ángeles.
No se puede controlar lo que circula por internet sin saltarse la presunción de inocencia y el derecho al secreto de las comunicaciones privadas.
Eso es, en primer lugar, falso. Está controlado el mercado del libro de papel y no supone en principio ningún atentado a los derechos.
Pero incluso si fuese cierto, peor para esos presuntos derechos. ¿Quién ha dicho que el derecho al secreto a las comunicaciones privadas deba prevalecer sobre otros derechos, como el de propiedad?
"el sistema de la competencia no me parece muy bueno en nada"
ResponderEliminarLa competencia fomenta la innovación. La colaboración fomenta la innovación. Competencia entre grupos, colaboración dentro del grupo. Ese ha sido el caldo de cultivo de la creatividad humana desde que nos comíamos unos a otros. El peor sistema es que protege a un individuo o un grupo frente la capacidad creativa de los demás. Eso es lo que se consigue con la noción jurídica de propiedad intelectual.
"¿Quién ha dicho que el derecho al secreto a las comunicaciones privadas deba prevalecer sobre otros derechos, como el de propiedad?"
ResponderEliminarYo. Mientras me quede aire en los pulmones. Por suerte, no soy el único.
Nadie cree que el derecho a la comunicación privada sea absoluto. Si yo supiese que hay que interceptar la comunicación entre dos personas para evitar que realicen una especulación finaciera orquestada para hundir a un país, no tendría el más mínimo reparo en aceptar esa escucha. Lo mismo que creo que la policía tiene derecho a derribar la puerta de una casa si tiene fundadas sospechas de que el marido está agrediendo a su mujer o los padres al hijo.
EliminarEs que me parece que te figuras que quienes no veamos eso mal, esatamos aceptando que nos vigilen cualquier mail sin ningún motivo. En el fondo, tu discurso conduce una y otra vez a que cualquier intervención social es perniciosa. Menos las de laos individuos que se comunican privadamente, habrá que entender...
"Es que me parece que te figuras que quienes no veamos eso mal, esatamos aceptando que nos vigilen cualquier mail sin ningún motivo."
ResponderEliminarEs que sigues si entender el medio en el que se pretenden implementar esas medidas de control. Para comprobar si hay mensajes de correo electrónico que vulneran una ley, hay que espiar TODOS los mensajes de correo electrónico. No digamos ya en redes point to point anónimas.
Me parecen concebibles otras medidas, incluso con ese medio. Tampoco vigila la policía todas las conversaciones de viva voz para saber si se está planeando un atentado, o cómo el vecino te pide un poco de sal, sin hacer factura. No confundas el que todo es, por principio, vigilable, con que todo es, de hecho, vigilado. Esto último (el Gran Hermano) es una malversación de lo primero. Pero la peor de las malversaciones es la desprotección completa de los derechos. ¿Debería el Estado, o el resto de los ciudadanos, si quieres, protegerte si alguien intenta obtener los datos de tu cuenta bancaria, o espiar tus secretillos, pirateándote informáticamente?
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